León, Guanajuato.- El Mercado Carro Verde, es uno de los lugares más emblemáticos de León al que le respalda más de medio siglo de historia.
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Los locatarios, proveedores y la marchanta dan vida a este lugar, pero también quienes se han vuelto parte de la historia de este mercado, son los famosos “viene, viene”, quienes no solo buscan el sustento diario también contribuyen en la seguridad y confianza de la clientela.
FUENTE DE EMPLEO
Pedro Solís tiene 69 años y desde hace 16 se unió al equipo de “viene-viene” que trabajan en los alrededores del Mercado Carro Verde.
“Empecé a trabajar aquí porque por mi edad ya no me querían dar trabajo en ninguna parte. Un amigo que trabajaba aquí fue quien me invitó y si le batallé porque no había lugares disponibles, estaban completos y cuando se salió un compañero fue cuando yo entré, pero si estuve viniendo diario durante unos tres o cuatro meses”.
No apartan lugares, pues no está permitido por la ley hacerlo, su labor consiste en ayudarles a buscar un lugar donde se puedan estacionar en la vía pública, “echarles aguas” para estacionarse o bien para salir al tráfico vehicular y evitar algún tipo de accidente.
TRABAJO ORGANIZADO
Actualmente trabajan 16 “viene, viene” en el Carro Verde, identificados por una especie de filipina verde donde pueden guardar las franelas con las que hacen las señas para que los conductores se estacionen.
En este lugar, se distribuyen alrededor del mercado, llegan antes de las 8:30 de la mañana para tener los lugares limpios y su jornada termina a las 2 de la tarde, aunque hay quienes se quedan más tarde.
Los representantes del mercado, les permiten usar uniformes que los identifiquen como parte de, aunque no tienen una responsabilidad directa de darles algún sueldo o responder ante algún percance, que de acuerdo con Jorge Octavio Landín García, secretario del mercado, han sido contados.
Si alguien quiere trabajar ahí, tiene que estar al pendiente si alguno de los “viene, viene”, decide dejar el trabajo para que pueda entrar a su lugar,
SERVICIAL Y CARISMÁTICO
Don Pedro se ha caracterizado por ser uno de los “viene, viene” más serviciales y carismáticos. Se levanta a las cinco de la mañana, sale de su casa, busca un juguito para comenzar el día y llega directo a barrer.
Tiene más de 50 años casado, ocho hijos y su esposa es quien actualmente depende económicamente de él, aunque comparte la casa con dos de sus hijas y una nieta, por lo que tienen que dividirse los gastos de la renta y de los servicios del hogar.
Percibe diariamente de 250 a 300 pesos, lo mínimo son 200 y dice que de ahí no baja; los sábados y domingos son los días con más movimiento, pero los miércoles descansa porque además se instala la placita en los lugares donde se pueden estacionar.
Dice que le va bien con sus propinas porque la gente ya lo ubica de muchos años, es honesto y trabajador, también le gusta estar al pendiente de que los amantes de lo ajeno no ronden por ahí para que generar más confianza y tranquilidad a los clientes.
Además, para tener un dinero extra está en el trámite del apoyo de la Pensión para el Bienestar de los Adultos Mayores de gobierno federal.
MÁS QUE UN “VIENE, VIENE”
Personas que ya ubican y confían en Pedro, le marcan a su celular, para solicitarle que les surta su mandado o pregunte sobre ciertos productos; solo pasan a pagar, recoger y claro darle su merecida propina por el tiempo ahorrado.
Karina de La Carnicería, tiene apenas un año como locataria afuera del Mercado Carro Verde, contó que hay un señor que se apoya de una andadera para caminar y Pedro es quien le “arrima su mandadito”.
“Tiene muchos beneficios que ellos trabajen aquí como ‘viene, viene’ porque les ayudan a los clientes a cargar su mandado, a surtir la mercancía o dejan cosas en sus coches y ellos están al pendiente; a veces también hay niños y echan ojo de que no ocurra un accidente”, agregó Karina.
Además destacó que en ciertas horas del día, ella se queda sola en el local porque sus compañeros salen a repartir pedidos, y tener a personas como Pedrito cerca les da más tranquilidad y seguridad.
“Es muy servicial, trabajador, simpático, es un amor el señor y ojalá que la gente les dé más propina a veces les ayudan mucho, de hecho él no tiene una parte de su pie y está en friega todo los dos días, es admirable porque a su edad todavía anda aquí trabajando”, finalizó.
RESPALDO DEL MERCADO
Aunque no forman parte de la administración del Mercado Carro Verde, los “viene, viene”, si son aliados de los comerciantes y clientes que diariamente están en ese lugar.
Así lo comentó Jorge Octavio Landín García, secretario del mercado, quien tiene más de 49 años como locatario y quien destacó que este grupo de personas tiene décadas trabajando afuera del lugar.
“Ellos tiene que tener respeto de todos, claro que a veces como cualquier persona no tienen un Buendía, pero siempre han tenido una actitud amable con los clientes, deben tener limpio el lugar y están de acuerdo en que no es responsabilidad de nosotros tener un sueldo, pero si les permitimos traer el uniforme como una forma de identificación para que los clientes confíen en ellos”.