León, Gto.- Cada miércoles por la tarde, la Plaza Expiatorio en León se transforma en un escenario de recuerdos y emociones, donde el danzón, con sus pasos marcados por bajos antiguos, toma el protagonismo.
Es en este rincón de la ciudad, bajo la mirada imponente del templo gótico y el cálido resplandor del atardecer, donde decenas de adultos mayores elegantemente vestidos hacen gala de sus habilidades danzoneras.
Tardes de danzón en el Expiatorio: todo un espectáculo familiar
La escena es digna de admiración: parejas que oscilan entre los 50 y 80 años, moviéndose al ritmo de la música con una destreza que refleja años de práctica y pasión. Sus sonrisas espontáneas, quizás evocadas por recuerdos de juventud, iluminan el ambiente mientras bailan bajo la mirada atenta de un público que se sumerge en el espectáculo.
Entre los espectadores, algunos disfrutan del evento en bicicleta, mientras otros, sentados o apoyados en sus rodillas, siguen el ritmo con palmadas sutiles. Una familia cercana degusta una nieve de limón, completando la estampa de una tarde tranquila pero llena de vida.
El evento es coordinado por la maestra Patricia Serrano Gaytán, una figura clave en la preservación del danzón en León. Con más de 25 años de experiencia, Patricia comenzó impartiendo clases de danzón en el IMSS como parte de una terapia ocupacional para adultos mayores.
De las clases al espectáculo; el danzón como terapia ocupacional
En una entrevista, compartió detalles sobre la evolución de este proyecto, que al principio se realizaba en la Plaza Principal de León, hasta que finalmente se trasladó al Expiatorio, donde la amplitud del espacio permitió una mayor afluencia de bailarines y público.
"El danzón, junto con el tango, es uno de los bailes más difíciles. Requiere mucha precisión, ya que se trazan figuras geométricas en el suelo, lo que ayuda a mejorar la coordinación física y mental", comenta la maestra Patricia. Además, destaca el uso del abanico como una herramienta clave en la terapia, que complementa la danza.
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Aunque la pandemia afectó la participación, muchos de los alumnos regresaron para continuar con esta tradición. Actualmente, la maestra Serrano cuenta con alrededor de 30 estudiantes, y cualquier interesado puede sumarse a las clases que se imparten los martes y jueves, tanto en el DIF del barrio de San Juan de Dios, por la mañana, como en el IMSS, por la tarde.
El espectáculo no termina con el danzón. A partir de las 7 de la tarde, las cumbias se apoderan del lugar, y tanto turistas como lugareños se suman al baile, creando un ambiente festivo que atrae a personas de todas las edades.
Ezequiel González, uno de los bailarines más asiduos, describe lo que significa para él el danzón: "Es como revivir aquellos momentos de mi juventud". Su rostro, marcado por los años, pero con una sonrisa llena de vitalidad, refleja la emoción que provoca este encuentro semanal.
ICL pone las sillas, la gente el ritmo y el sabor
El evento cuenta con el apoyo de la Presidencia Municipal, a través de la Casa de la Cultura y el Instituto Cultural de León, quienes proporcionan las sillas —casi 300— y el equipo de sonido necesario para hacer de este ritual un deleite tanto para bailarines como para espectadores.
Cada miércoles, de 5 a 7 de la tarde, la plaza vibra con los acordes del danzón, y de 7 a 8, la fiesta continúa con la cumbia, cerrando con broche de oro una tarde de baile y tradición.