Indigentes convierten en su hogar Ríos y Arroyos que cruzan la ciudad, además de contribuir a la acumulación de grandes cantidades de basura que se suma a la que es arrojada por ciudadanos comunes y empresarios.
Uno de los casos más claro en la parte de conexión entre el arroyo El Muerto y Malecón del Río en el Barrio del Coecillo, a pocos pasos del Puente El Barón que conecta con el Barrio La Llamarada.
A decir de vecinos y comerciantes del lugar otro de los aspectos que ha contribuido a la acumulación de basura es la falta de continuidad del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León (SAPAL) y del Sistema Integral de Aseo Público (SIAP), pero aún más la falta de conciencia de toda la población en depositar en lugares los deshechos.
Viviendas en el olvido
En el lugar se localizan algunas viviendas improvisadas por personas indigentes como es el caso de Luis y Armando dos jóvenes provenientes del Estado de Puebla y quienes encontraron refugio en el cauce del Arroyo El Muerto.
El número de habitantes resulta difícil establecer comentaron los dos muchachos que aseguraron solo estar de paso y dedicarse a lavar parabrisas en los cruceros.
Con solo algunos días los habitantes del arroyo, reconocieron recoger productos que para algunos son basura y para ellos dinero al poder vender cartón, plástico y otros para alimentarse, pese a que las condiciones de salud son malas.
Foco de infecciones
Aunque pareciera poco convencional el sitio, es continuamente visitado no solo indigentes o consumidores de droga e incluso ladrones que lo han convertido en una guarida, hasta allí descienden ciudadanos comunes para convertirlo en sanitario público y en donde se puede apreciar claramente el uso y que contribuye de forma alarmante en un foco de infecciones.
Otros más lo han convertido en un motel de paso para tener relaciones sexuales de una forma insalubre para cualquier persona, comentaron algunos comerciantes de la zona que incluso han solicitado la presencia de elementos de Policía Municipal para terminar con esta situación.
Finalmente la cantidad de basura es indescriptible, para luego convertirse en un riesgo para el libre flujo de agua pluvial y que en zonas bajas se traduce en inundaciones ante la obstrucción que representa esta zona y otras en donde se arroja todo tipo de desechos.