Sin verbena ni aglomeración, pero con la misma devoción. Así fue como se festejó un aniversario más de Nuestra Madre Santísima de la Luz. Decenas de feligreses, acudieron la mañana de este miércoles a la Catedral Metropolitana de León para festejar a la santa patrona de los leoneses.
Con el uso de cubrebocas y la aplicación de todos los filtros sanitarios, los fieles devotos comenzaron a llegar desde las seis de la mañana al templo. Algunos permanecieron por varias horas en el recinto, mientras que otros, solo fueron a dar gracias y se retiraron para ir a sus trabajos.
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Le cantan las mañanitas
Ofrendas florales y veladoras, fueron entregadas por los fieles, como ofrenda de agradecimiento a la Virgen de la Luz. Poco a poco, el templo se fue llenando, hasta recibir a alrededor de 200 personas.
En punto de las 07:30 horas de la mañana, un mariachi entonó las mañanitas y por una hora, interpretó varias canciones en honor a la virgen. Mientras, a las afueras, una solitaria vendedora de flores esperaba vender algo.
Sin verbena
Las inmediaciones de la catedral, lucieron desoladas. Las fiestas patronales están prohibidas por la pandemia del Covid-19 y al igual que el año pasado no hubo verbena.
Faltaron los puestos de comida, de artículos religiosos, los vendedores de veladoras, de flores y por supuesto, la aglomeración de los fieles y las peregrinaciones.
En punto de las 08:30 horas de la mañana, se realizó la primera misa del día y a las 12:00 horas del mediodía, será la celebración eucarística, oficiada por el Arzobispo Alfonso Cortes Contreras.
Testimonios
Ana María Romero Castilla de 60 años, vecina de la colonia Obrera, acude diariamente a la Catedral, a rezar un rosario a la Virgen. “Diario vengo y cada año también acudo a cantarle las mañanitas, pero hoy tengo una cita en el IMSS, por eso ya me tengo que retirar y no me quedo a misa”.
Los horarios de su labor como albañil, no le permitían acudir a visitar a la Virgen en su aniversario, por primera vez, en sus 60 años, Fermín llegó muy temprano al templo. “Es la primera vez que vengo en su mero día, pero eso no hacía que olvidara de ella, hoy ya estoy pensionado y tengo tiempo de hacerlo, por eso vengo, a pedirle por la ciudad y el mundo”. Expresó Fermín de 60 años, vecino de la colonia Libertad.
“Mi hijo estuvo en la cárcel injustamente, lo acusaron de atropellar a un joven y lo sentenciaron a nueve años de prisión, estuvo preso nueve meses y se comprobó que él no fue, por lo que salió libre, desde niña soy devota de la Virgen y ella me salva y me hace milagros”. Dijo María N, de 59 años, habitante de Lomas de Guadalupe.
El matrimonio formado por María Dolores López e Ignacio Tovar, domiciliados en la colonia Killian, acudieron como cada año. “Siempre venimos, a dar gracias y a pedir por nuestros hijos y nietos, por toda nuestra familia.