/ sábado 19 de agosto de 2017

América del Norte debe abrirse al mundo

Por Bertha Becerra

 

América del Norte es una región integrada, un esfuerzo que avanzó en el tiempo; lo que se debe hacer es pugnar para que el Tratado de Libre Comercio se convierta en una plataforma de México, Canadá y Estados Unidos para poder exportar al resto del mundo, considera el especialista en comercio exterior, derecho aduanero y arbitraje, Gustavo Uruchurtu, miembro de la Lista de Árbitros del Capítulo 19  del TLCAN. 

Para el experto en controversias comerciales, la renegociación del tratado es también una oportunidad para consolidar la región de América del Norte para el intercambio comercial con otras regiones del planeta como le mercado asiático y europeo y no solo una asociación entre los tres países.

Participante en cuatro revisiones del mecanismo de solución de controversias y árbitro de la Cámara de Comercio Internacional, habla de los temas que se deben incluir, pero también reconoce las áreas en las que México “no ha hecho la tarea, la chamba”, dentro del TLCAN en estos casi 25 años.

   Tal es el caso de los salarios, que no se pueden igualar artificialmente en toda la región de América del Norte; también los campesinos que se quieren salir; pero no todos. Hay que preguntarles a los aguacateros, a los hortelanos, a los jitomateros, si se quieren salir del TLCAN pero mucho de la chamba no se ha hecho a tiempo en México, señala el experto en comercio internacional.

    Uruchurutu asegura que falta desmantelar barreras fitosanitarias en el sector agropecuario, que muchas veces son obstáculos de tintes proteccionistas que buscan restringir el intercambio comercial; pero destacó: “No hay ningún acuerdo trilateral en agricultura. El capítulo agrícola está dividido en tres: uno entre México y Canadá; otro entre Canadá y Estados Unidos y otro entre México y Estados Unidos”.   

Gustavo Uruchurtu, en una entrevista para El Sol de México puntualiza que otro de los grandes temas pendientes de la negociación es el de transporte.

“Lo han limitado mucho. Es un problema muy serio; pero hay que ver si quieren destrabarlo, sí nuestros transportistas quieren que se destrabe. Es un tema que hay modificarlo”, aseguró.

El problema es con  los teamsters, es decir, la hermandad internacional de camioneros, el Sindicato de EU y Canadá de Transportistas. “Es una cuestión política, de política interna, de un sindicato muy fuerte que ha obstaculizado el ingreso del transporte mexicano”.

 

controversias, a revisión

Otro tema que debe abordarse, porque reconoce que ya es un tratado viejo y ya era necesario modernizarlo,  es el mecanismo de solución de diferencias de todo el tratado. Lo que se requería era que la lista de los árbitros fuera consensuada entre los tres países.

En cuanto a los temas a incluir, habla del comercio electrónico. “Es muy importante, porque en el marco del TLCAN hay que proteger que lo que se venda por esa vía sean productos de la región. Eso va de la mano con las reglas de origen”.

Precisa: “El comercio con Estados Unidos es completamente diferente. Incorpora cadenas de valor que no existían antes. Hay que adecuarlas”.

 

Anticorrupción

Otros temas que también merecen la atención en las negociaciones es el de las telecomunicaciones, ya que también han evolucionado desde hace 25 años, así como las pequeñas y medianas empresas  (Pymes), y los problemas de corrupción que se han dado en las licitaciones. Uruchurtu precisa que ya hay un capítulo de compras de Gobierno; pero toda la parte anticorrupción es importante reforzarla. Lo que buscan los inversionistas extranjeros, los exportadores que participan en licitaciones, es que haya transparencia en todos los mecanismos.

¿Igualar salarios, cómo se haría, será posible?

  -No se pueden igualar los salarios artificialmente. Cuando se negoció el TLC lo que se buscaba era aumentar el bienestar de los mexicanos,  aumentar  los salarios y eventualmente, en la zona tendría que llegar el día que hubiera una homogenización. Se habló de un solo territorio.

Pero esa teoría económica, no se ha logrado, y señala: “También porque no hemos hecho la tarea, la chamba aquí, no se han hecho las cosas que debían haberse hecho”.

  Parte de eso influye  y habrá que ver cuál será el plan para conseguirlo. Recordó que en el tratado original había un acuerdo paralelo en materia laboral que establecía que no hubiera niños en el trabajo y una serie de principios; “esto hay que profundizarlo”, apuntó.

¿Respecto del Capítulo 19, cuál es su posición?

-El Capítulo 19, hay que arreglarlo, porque no funciona como debe. Hay retrasos. Por ejemplo, está el caso del pollo que tardó cinco años en resolverse. El objetivo es resolverlo en un año, en 315 días.

“Hay que meterle mano con respecto a cómo se desarrollan los paneles, porque los paneles internacionales se  retrasan mucho. Eso hay que modificarlo. Está también la agilización en las aduanas, que aprobó la Organización Mundial de Comercio (OMC). Por ahí van los temas”.  

¿En este Capítulo 19, México a qué le apuesta?

-No, no se debe quitar. Lo que sucede es que hay que tomar en cuenta que fue una dedicatoria a Estados Unidos,  a la discrecionalidad que tiene la autoridad. Por eso es que no lo quieren los americanos.

“La posición que tiene tan radical de eliminarlo es porque quiere modificarlo y que eventualmente cada mecanismo que resuelva un panel internacional pueda impugnarse. Eso es lo que buscan. No nos conviene eliminarlo”. 

 

¿Desaparición del TLCAN? 

Sobre la posible desarticulación del tratado, Uruchurtu afirmó que eso no puede ser debido a la integración en el mercado.

“Hay que tomar en cuenta  que las economías están muy integradas. El querer romperlo es de una manera artificial. Hay  mucha presión también de la industria americana para que no desaparezca.

“Muchos sectores, hasta los ex embajadores  le mandaron una carta al presidente Trump  diciéndole que no se haga nada para atrás.  Hay muchas empresas y  Estados de la Unión  que presionan; los congresistas también. El número dos de los negociadores de Estados Unidos es un pro-TLC.  Por eso es que el discurso  presidencial cambió”, afirmó el especialista. 

¿Es tiempo propicio para la renegociación?

-Sí, porque  le estábamos apostando al  Acuerdo Transpacífico (TPP) para modernizarlo y porque son 25 años a las que había que meterle mano.

“Lo importante es tener confianza. Contamos con un buen equipo negociador de la Secretaría de Economía, que ya tiene tiempo y los que estuvieron en la negociación original están en el sector privado apoyando. Hay know how. Esperamos que todo salga bien”.    

Por Bertha Becerra

 

América del Norte es una región integrada, un esfuerzo que avanzó en el tiempo; lo que se debe hacer es pugnar para que el Tratado de Libre Comercio se convierta en una plataforma de México, Canadá y Estados Unidos para poder exportar al resto del mundo, considera el especialista en comercio exterior, derecho aduanero y arbitraje, Gustavo Uruchurtu, miembro de la Lista de Árbitros del Capítulo 19  del TLCAN. 

Para el experto en controversias comerciales, la renegociación del tratado es también una oportunidad para consolidar la región de América del Norte para el intercambio comercial con otras regiones del planeta como le mercado asiático y europeo y no solo una asociación entre los tres países.

Participante en cuatro revisiones del mecanismo de solución de controversias y árbitro de la Cámara de Comercio Internacional, habla de los temas que se deben incluir, pero también reconoce las áreas en las que México “no ha hecho la tarea, la chamba”, dentro del TLCAN en estos casi 25 años.

   Tal es el caso de los salarios, que no se pueden igualar artificialmente en toda la región de América del Norte; también los campesinos que se quieren salir; pero no todos. Hay que preguntarles a los aguacateros, a los hortelanos, a los jitomateros, si se quieren salir del TLCAN pero mucho de la chamba no se ha hecho a tiempo en México, señala el experto en comercio internacional.

    Uruchurutu asegura que falta desmantelar barreras fitosanitarias en el sector agropecuario, que muchas veces son obstáculos de tintes proteccionistas que buscan restringir el intercambio comercial; pero destacó: “No hay ningún acuerdo trilateral en agricultura. El capítulo agrícola está dividido en tres: uno entre México y Canadá; otro entre Canadá y Estados Unidos y otro entre México y Estados Unidos”.   

Gustavo Uruchurtu, en una entrevista para El Sol de México puntualiza que otro de los grandes temas pendientes de la negociación es el de transporte.

“Lo han limitado mucho. Es un problema muy serio; pero hay que ver si quieren destrabarlo, sí nuestros transportistas quieren que se destrabe. Es un tema que hay modificarlo”, aseguró.

El problema es con  los teamsters, es decir, la hermandad internacional de camioneros, el Sindicato de EU y Canadá de Transportistas. “Es una cuestión política, de política interna, de un sindicato muy fuerte que ha obstaculizado el ingreso del transporte mexicano”.

 

controversias, a revisión

Otro tema que debe abordarse, porque reconoce que ya es un tratado viejo y ya era necesario modernizarlo,  es el mecanismo de solución de diferencias de todo el tratado. Lo que se requería era que la lista de los árbitros fuera consensuada entre los tres países.

En cuanto a los temas a incluir, habla del comercio electrónico. “Es muy importante, porque en el marco del TLCAN hay que proteger que lo que se venda por esa vía sean productos de la región. Eso va de la mano con las reglas de origen”.

Precisa: “El comercio con Estados Unidos es completamente diferente. Incorpora cadenas de valor que no existían antes. Hay que adecuarlas”.

 

Anticorrupción

Otros temas que también merecen la atención en las negociaciones es el de las telecomunicaciones, ya que también han evolucionado desde hace 25 años, así como las pequeñas y medianas empresas  (Pymes), y los problemas de corrupción que se han dado en las licitaciones. Uruchurtu precisa que ya hay un capítulo de compras de Gobierno; pero toda la parte anticorrupción es importante reforzarla. Lo que buscan los inversionistas extranjeros, los exportadores que participan en licitaciones, es que haya transparencia en todos los mecanismos.

¿Igualar salarios, cómo se haría, será posible?

  -No se pueden igualar los salarios artificialmente. Cuando se negoció el TLC lo que se buscaba era aumentar el bienestar de los mexicanos,  aumentar  los salarios y eventualmente, en la zona tendría que llegar el día que hubiera una homogenización. Se habló de un solo territorio.

Pero esa teoría económica, no se ha logrado, y señala: “También porque no hemos hecho la tarea, la chamba aquí, no se han hecho las cosas que debían haberse hecho”.

  Parte de eso influye  y habrá que ver cuál será el plan para conseguirlo. Recordó que en el tratado original había un acuerdo paralelo en materia laboral que establecía que no hubiera niños en el trabajo y una serie de principios; “esto hay que profundizarlo”, apuntó.

¿Respecto del Capítulo 19, cuál es su posición?

-El Capítulo 19, hay que arreglarlo, porque no funciona como debe. Hay retrasos. Por ejemplo, está el caso del pollo que tardó cinco años en resolverse. El objetivo es resolverlo en un año, en 315 días.

“Hay que meterle mano con respecto a cómo se desarrollan los paneles, porque los paneles internacionales se  retrasan mucho. Eso hay que modificarlo. Está también la agilización en las aduanas, que aprobó la Organización Mundial de Comercio (OMC). Por ahí van los temas”.  

¿En este Capítulo 19, México a qué le apuesta?

-No, no se debe quitar. Lo que sucede es que hay que tomar en cuenta que fue una dedicatoria a Estados Unidos,  a la discrecionalidad que tiene la autoridad. Por eso es que no lo quieren los americanos.

“La posición que tiene tan radical de eliminarlo es porque quiere modificarlo y que eventualmente cada mecanismo que resuelva un panel internacional pueda impugnarse. Eso es lo que buscan. No nos conviene eliminarlo”. 

 

¿Desaparición del TLCAN? 

Sobre la posible desarticulación del tratado, Uruchurtu afirmó que eso no puede ser debido a la integración en el mercado.

“Hay que tomar en cuenta  que las economías están muy integradas. El querer romperlo es de una manera artificial. Hay  mucha presión también de la industria americana para que no desaparezca.

“Muchos sectores, hasta los ex embajadores  le mandaron una carta al presidente Trump  diciéndole que no se haga nada para atrás.  Hay muchas empresas y  Estados de la Unión  que presionan; los congresistas también. El número dos de los negociadores de Estados Unidos es un pro-TLC.  Por eso es que el discurso  presidencial cambió”, afirmó el especialista. 

¿Es tiempo propicio para la renegociación?

-Sí, porque  le estábamos apostando al  Acuerdo Transpacífico (TPP) para modernizarlo y porque son 25 años a las que había que meterle mano.

“Lo importante es tener confianza. Contamos con un buen equipo negociador de la Secretaría de Economía, que ya tiene tiempo y los que estuvieron en la negociación original están en el sector privado apoyando. Hay know how. Esperamos que todo salga bien”.    

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