Se avecina batalla política por el muro fronterizo de Trump

TIJUANA, BC.- Una batalla política se avecina por la construcción del muro que prometió en campaña el presidente de Estados Unidos Donald Trump. La misma presión ha generado que el ejecutivo norteamericano acelere la licitación y no tome en cuenta aspectos primordiales en las empresas, señaló el catedrático del Colegio de la Frontera Norte, José María Ramos.

Tras la publicación del diario estadounidense USA Today, en la que refiere que el proceso de licitación fue precipitado, y los candidatos calificados pudieron haber sido pasados por alto en aras de la velocidad e incluso una empresa llevaría al gobierno a los tribunales, el catedrático José María Ramos asegura que el objetivo es sacar los prototipos, que se evalúen y se apruebe el presupuesto; sin embargo, prevé que será muy difícil que se pueda llevar a la práctica la implementación.

Solo una de las seis empresas contratadas para construir los prototipos del muro de Donald Trump tiene experiencia en la frontera, y cuatro de las seis compañías seleccionadas fueron multadas en los últimos 10 años por violaciones a la seguridad del trabajador o al medio ambiente. José María Ramos afirma que hay resistencia en el Congreso estadunidense y se ha dado un jaloneo por el muro debido también a la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés). De acuerdo con el especialista, esto ha generado presión y no la usual atención en este tipo de licitaciones.

“Llama la atención porque generalmente cualquier licitación, y sobre todo hablando del Gobierno federal, tiene criterios claros y específicos que siguen una experiencia en compras o contrataciones. Esto puede obedecer a que ha habido un debate político sobre si se construye o no y a las posiciones del Congreso; se ha planteado incluso una especie de canje si te apoyo para DACA, pero me tienes que apoyar para el muro; da la impresión de que hay mucha presión y desconcierto sobre si el Congreso apoyará o no”.

En ese sentido, el doctor Ramos destacó que esos temas son muy sensibles en Estados Unidos, sobre todo lo laboral. Pero en el aspecto técnico dijo que las o la empresa que en determinado momento construiría el muro deben saber que en los casi 800 kilómetros en los que se trabajaría hay áreas complicadas.

“En unos está el terreno plano y otros no, se requiere experiencia y capacidad, deben ser transparentes para que no haya violaciones a derechos humanos”.

¿TRABAJADORES MEXICANOS AL MURO?

El doctor Ramos recordó que en su momento se ha rumorado que varias de esas empresas “van a tener necesidad de contratar a trabajadores de origen mexicano, sobre todo, o de Centroamérica, que van a estar expuestos a condiciones muy particulares por las áreas en las que se va a construir”.

Esto no deja de ser una paradoja por la relevancia que tiene esta zona para el cruce de migrantes ilegales. Apuntó que 30% de los migrantes que cruzan a Estados Unidos de forma ilegal lo hacen precisamente por el sur California.

Otro de los aspectos que pesarán a la hora de decidir si se construye o no el muro son las otras necesidades estadounidenses en materia de políticas públicas, por ejemplo, el acceso a la salud, la reducción de la parte fiscal -que por cierto fue propuesta de campaña- y por otro lado está el muro que ha polarizado a la sociedad y política de Estados Unidos.

“Por eso veo difícil que se avance a otra etapa en el presupuesto para construir el muro. Pero en lo que sí se sigue avanzando es en mayor contratación de agentes de seguridad fronteriza, los abogados que acelerarían las expulsiones, la tecnología para que los migrantes sean disuadidos de cruzar ilegalmente a Estados Unidos”.

Una variable más tiene que ver con el lavado de dinero y sobre todo el trasiego de droga; sobre este punto el catedrático señala que el muro se plantea como un factor para disminuirlo, pero en la práctica es muy difícil porque las dinámicas de los grupos delictivos son estratégicas.

“Tienen diversidad de rutas y además la demanda de drogas no se ha reducido de forma significativa en los últimos 10 años”.

Haber apresurado las licitaciones, como lo han hecho público medios estadounidenses, aumenta el riesgo de no contratar a las empresas más calificadas para hacer la construcción, y todo esto aderezará la batalla política por todos los opositores a la construcción.