OTTAWA. La provincia canadiense de Columbia Británica revirtió este viernes la despenalización de la posesión de pequeñas cantidades de cocaína, heroína, fentanilo y otras drogas duras, tras una protesta por el creciente consumo de drogas en espacios públicos.
En un cambio radical en la política para abordar la epidemia de opioides que ha dejado miles de muertes, la provincia más occidental de Canadá anunció el año pasado un proyecto piloto que permitía a los adultos llevar hasta 2.5 gramos de drogas para uso personal sin afrontar multas ni arrestos.
Los funcionarios esperaban que la decisión fomentaría la noción de que las adicciones son problemas de salud y que eliminaría estigmas asociados con el consumo de drogas que impiden a las personas buscar ayuda.
En cambio, la medida disparó el consumo de drogas al aire libre en parques, playas, hospitales, transporte público y otros espacios en toda la provincia, a la vez que la policía tenía dificultades para atender las quejas por desórdenes.
"Mantener a las personas seguras es nuestra máxima prioridad. Si bien nos preocupamos y somos compasivos con quienes luchan contra la adicción, no aceptamos el desorden callejero que hace que las comunidades se sientan inseguras", dijo el primer ministro de Columbia Británica, David Eby.
"Estamos tomando medidas para asegurarnos de que la policía tenga las herramientas que necesita para garantizar comunidades seguras y cómodas para todos, mientras ampliamos las opciones de tratamiento para que las personas puedan mantenerse con vida y mejorar", añadió.
La policía de Columbia Británica ahora podrá incautar drogas ilícitas y obligar a quienes causen perturbaciones al orden público por causa del consumo de drogas a abandonar el área o sino las arrestará.
El cambio, sin embargo, no penalizará la posesión de drogas en residencias privadas, en sitios de prevención de sobredosis o en lugares de control de drogas, según un comunicado.
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También en Estados Unidos se ha ensayado la despenalización de las drogas duras. Pero a comienzos de este mes, tres años después de ser el primer estado en despenalizar las drogas, Oregón decidió volver a castigar legalmente la posesión de sustancias.