LONDRES. El presidente ruso, Vladimir Putin, avisó a Occidente que podría poner fin a las exportaciones y los acuerdos, la respuesta más dura del Kremlin hasta ahora a las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados por la invasión de Rusia a Ucrania .
Putin escribió un amplio decreto por el que se prohíbe la exportación de productos y materias primas a las personas y entidades incluidas en una lista de sanciones que encargó elaborar al gobierno en un plazo de 10 días.
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El decreto, que entró en vigor con su publicación, da a Moscú el poder de sembrar el caos en los mercados, ya que podría detener en cualquier momento las exportaciones o romper los contratos con una entidad o persona sancionada.
El gobierno ruso tiene 10 días para elaborar las listas de las personas que sancionará, además de los políticos occidentales que ya ha penalizado.
Putin enmarcó de forma el decreto como una respuesta a lo que calificó como acciones ilegales de Estados Unidos y sus aliados, destinadas a privar “a la Federación Rusa, a los ciudadanos y a las entidades legales rusas de sus derechos de propiedad a los empresarios”.
El decreto establece “medidas económicas especiales de represalia en relación con las acciones no amistosas de ciertos estados extranjeros y organizaciones internacionales”.
El decreto prohíbe la exportación de productos y materias primas a personas y entidades sancionadas por el Kremlin. Prohíbe también cualquier transacción con dichas personas o entidades, incluso en el marco de los contratos vigentes.
Putin, que según el New York Post se someterá a una cirugía de cáncer próximamente, encargó al gobierno la elaboración de la lista de personas y empresas extranjeras que serán sancionadas, así como la definición de “criterios adicionales” para una serie de transacciones que podrían ser objeto de restricciones.
Desde que Occidente impuso las sanciones a Rusia, su economía -de 1.8 billones de dólares- se encamina a su mayor contracción desde los años posteriores a la desintegración de la Unión Soviética en 1991, en medio de una inflación galopante.
La medida económica más dura que el Kremlin había presentado fue el corte al suministro de gas a Polonia y Bulgaria, además de exigir un nuevo plan de pagos para los compradores europeos de gas.
Por su parte, los países de la Unión Europea (UE) recibieron el borrador de un proyecto de embargo al petróleo ruso y sus derivados, con excepciones para países altamente dependientes.
El brazo ejecutivo de la UE, la Comisión Europea, ya dio los toques finales a su sexto paquete de sanciones contra Rusia por la guerra en Ucrania, y la propuesta comienza la fase de definición antes de ser anunciada.
El paquete preve un cese gradual de las compras europeas de petróleo ruso en un período de 6 a 8 meses, pero con la excepción de Hungría y Eslovaquia, dos países totalmente dependientes de crudo de Rusia por el oleoducto Druzhba.
Los dos países podrían continuar su compras de petróleo a Rusia hasta el año 2023, informó el bloque europeo.
Sin intervenir directamente en la guerra, las potencias occidentales han respondido con unas sanciones sin precedentes contra el gobierno ruso y ha enviado armamento y fondos a Kiev.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió al Congreso más dinero para poder seguir ayudando a Ucrania pero también para garantizar la reposición del arsenal militar estadounidense.
El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció una ayuda militar de 377 millones de dólares para Ucrania, incluyendo radares, drones de transporte pesado y de aparatos de visión nocturna, medidas que Putin condenó durante una conversación con Emmanuel Macron.
En otras sanciones contra el gobierno ruso, la empresa ferroviaria finlandesa VR informó de que rescindió los contratos con Rusia para el transporte de mercancías, mientras que Francia bloqueó 64 propiedades de oligarcas rusos.