Por el tipo de armamento, los ataques sorpresivos, la logística de los criminales y el hecho de que nueve de cada diez víctimas tienen antecedentes penales por el trasiego de drogas en las calles, fuentes policíacas presumen que los asesinatos de las últimas semanas son obra de los carteles contra presuntos narcomenudistas.
Es la misma hipótesis del alcalde de la ciudad capital Alejandro Navarro, para quien hay menos 17 puntos rojos de ventas de drogas en las calles de la ciudad capital como consecuencia de la serie de asesinatos y ajustes de cuentas de las últimas semanas.
En la teoría todavía sin pruebas, coincide la vocera de la secretaría de Seguridad Sophía Huett, para quien la escalada de violencia en el estado de Guanajuato se debe a los operativos contra uno de los carteles, el de Santa Risa de Lima, y a que sigue la disputa de estos contra otros grupos criminales.
En la masacre de la tarde del domingo en la Colonia Obrera que ya es parte de la Zona Centro de León, un comando armado con “cuernos de chivo” rafagueó a cinco personas que se encontraban en la calle tomando cerveza, tres murieron en el ataque y dos se encuentran graves en el hospital. Una agresión tipo, sorpresiva, planeada, rápida y violenta, en la que los sicarios embozados desaparecen en segundos.