IRAPUATO, Gto.- Fueron 87 casquillos percutidos los que se encontraron dentro del anexo “Buscando el camino a mi recuperación”; es decir, fueron 87 los balazos que privaron la vida de 27 personas y que lesionaron a otras seis más durante el ataque perpetrado en la comunidad de Arandas, el pasado miércoles primero de julio.
Ese hallazgo de los casquillos percutidos en la escena del crimen fue una de las 29 pruebas presentadas durante la audiencia que se reanudó la mañana del jueves en torno al caso del multihomicidio perpetrado en un anexo de la comunidad de Arandas, audiencia que por cierto fue pospuesta por segundo día consecutio y la cual habrá de reanudarse hasta el próximo lunes, debido a que Jesús Emmanuel N., el hombre de 24 años y que es uno de los tres presuntos implicados en este crimen, pidió duplicidad de término para que su abogado presente pruebas que demuestren su inocencia; el nuevo plazo solicitado termina el lunes a las 20:33 horas.
Durante la audiencia celebrada en la Sala 4 de los Juzgados de Oralidad Penal de Irapuato, el fiscal que participa en representación del Ministerio Público de la Fiscalía General del Estado expuso los datos de prueba que indican que Jesús Emmanuel N. es presunto coautor de la masacre perpetrada en el anexo, la cual dejó 27 personas sin vida y seis más lesionadas.
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Testimonio clave
Una de las pruebas presentadas fue el testimonio de uno de los sobrevivientes, quien relató que ese miércoles primero de julio, alrededor de las cinco de la tarde, los hombres se encontraban en la parte alta del anexo, éste que constaba de dos pisos. Según el testimonio, los varones internados acababan de comer, además de que ya habían también sus labores y todos se disponían a ver una película. De pronto, comenzaron a escuchar golpes en la puerta principal del anexo y posteriormente gritos de las mujeres que estaban en la planta baja.
Acto seguido, se percataron de que habían ingresado tres hombres armados vestidos de negro al anexo, los cuales se dirigían hacia la parte de arriba, donde ellos estaban.
Al llegar al área de dormitorios de la parte alta, los hombres armados obligaron a los varones del anexo a que se pusieran boca abajo. Les preguntaron por una persona de nombre Francisco, a lo que los internos del lugar decían que no lo conocían.
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“No está”, dijo uno de los hombres armados por medio de un teléfono, donde otro más les dijo a los internos que si a poco iban a dar su vida por la de ese Francisco que buscaban. Y luego vino la orden: matarlos a todos y entonces devino la masacre.
El testigo relató que los hombres armados caminaron entre los hombres recostados y comenzaron a dispararles, uno a uno; él se hizo el muerto y por eso supo que después de perpetrar el ataque, se fueron hacia la zona donde estaban las mujeres y abajo mataron a Erasmo, el dueño del anexo y quien también fue puesto boca abajo, así como a otros dos hombres que esyaban con él.
El testimonio del sobreviviente decía que si veía a los atacantes, sí los reconocería, porque cuando estuvieron interrogándolos, se descubrieron el rostro. Uno de los tres agresores fue descrito como delgado, moreno, de boca grande, que tenía tatuajes en cuello, dedos, manos y brazos y quien además traía el cabello pintado de azul.
El Fiscal que lleva el caso señaló que una vez que se hicieron retratos hablados, se comenzó a hacer el análisis de perfiles en las bases de datos, surgió de entre ellos Jesús Emmanuel N., de quien se tenían datos recientes, pues había sido detenido apenas el 20 de junio, en el operativo de Celaya, donde además fue detenida ese día la madre de José Antonio Yépez Ortiz, alias El Marro.
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El traste verde
Otro testimonio clave fue el de una mujer originaria de Celaya. Ella es esposa del dueño de una barbería donde trabajaba Jesús Emmanuel N. y relató que ese primero de julio, el presunto implicado les dijo por la noche que si lo dejaban quedarse unos días en su casa, a lo que tanto ella como su esposo aceptaron, pues tenían amistad con él, además de que lo conocían por el trabajo.
La misma mujer relató que mientras estuvo en su casa, Jesús Emmanuel N. se tiñó el cabello de negro, pues lo traía pintado de azul; la mujer lo sabía, pues le prestó un traste verde de ella para que pusiera el tinte, objeto que también forma parte de las pruebas.
Tras conocer las acusaciones, la defensa pidió la duplicidad de término para presentar ahora ellos sus pruebas, pues alegó que no tenían conocimiento de ese testimonio de la mujer de Celaya, además de que en ese tiempo agregarían datos de prueba para demostrar que Jesús Emmanuel N. no habría sido coautor de ese ataque, en donde había videos, otros testigos, mismos que serán agregados a la carpeta de investigación 1P1620-530.
La juez encargada del caso determinó conceder el plazo, el cual pasó de 72 a 144 horas, el cual vence el próximo lunes 13 de julio, a las 20:33 horas, pero la audiencia será reanudada a las 9:30 horas, donde serán alegadas las pruebas por ambas partes, para fijar entonces si Jesús Emmanuel es vinculado o no a proceso. Por ello, Jesús Emmanuel N. permanecerá en prisión preventiva oficiosa, como lo está desde el martes pasado.
De los otros dos presuntos implicados, se informó que éstos están en otro proceso ante el fuero federal, pues el dos de julio, un día después del ataque al anexo, fueron detenidos por posesión de drogas y armas de fuego, por lo que tal como lo informó Organización Editorial Mexicana, una vez que culminen con aquel proceso federal, que está radicado en la carpeta de investigación 61105, seguirán con el referente del caso de la masacre en el anexo de Arandas.