El oficial de Tránsito Municipal y que desde hace dos meses fungía como escolta de un funcionario de la Secretaría de Seguridad Pública, y que fue asesinado la tarde del martes en la ciudad de Irapuato, fue homenajeado y sepultado hoy al mediodía por su esposa, hijos, familiares, amigos y compañeros.
18 años en la corporación
Ramírez Andrade, ingresó a la dirección de Tránsito Municipal en Septiembre de 2001.
Ahí, lo acompañaron familiares, amigos y compañeros de la corporación a la que perteneció desde hace 18 años. Hace dos meses, en su afán de superación presento los exámenes correspondientes para subir de grado y lo logró. Fue ascendido a Comandante el pasado 22 de abril y desde ahí fue asignado como escolta de la esposa de Mario Alberto Martínez Razo, Ex Director de Planeación y Administración de la Secretaría de Seguridad Pública.
“Era un buen compañero, leal, entregado y disciplinado, siempre se comportó a la altura del uniforme y la placa que portó por amor a su profesión y a su familia. Su vida y su carrera, fueron cortadas de la manera tan vil, alevosa y cobarde posible”, expresó Benjamín Gallo, encargado de despacho y titular interino de la Secretaría de Seguridad Pública.
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Un buen elemento
En el acto, exhortó también a los elementos de tránsito, a tomar la muerte del compañero, como un impulso para seguir trabajando en pro del bienestar social. “que el dolor que sentimos, se convierta en un motivo para trabajar con pasión en cada acción en honor a nuestro compañero José Ulises, indicó el funcionario.
El último adiós
Desde el pasado miércoles por la tarde, el cuerpo del comandante José Ulises Ramírez Andrade, arribó a una funeraria ubicada en el Libramiento Morelos esquina con el bulevar Vicente Valtierra.
Ahí se congregaron sus compañeros, vecinos, amigos y demás personas que acudieron a brindarles el pésame a su esposa, hijos, madre y hermanas.
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Misa de cuerpo presente
Por la mañana de ayer jueves, a las 10:00 horas, se realizó una misa de cuerpo presente en la capilla de la Funeraria y cerca de las once de la mañana, al concluir la ceremonia religiosa, el cortejo fúnebre partió con rumbo al panteón.
La carroza gris, salió del recinto funeral, tomó el Libramiento Morelos, El bulevar Vicente Valtierra y luego el Delta. Alrededor de 14 oficiales de tránsito en moto, iban abriéndole paso a su compañero con rumbo a su última morada.
Tres patrullas de tránsito lo escoltaban y llevaban las ofrendas, arreglos y coronas florales para el oficial caído.
En hombros hasta su fosa
Cerca de las 11:30 horas de la mañana, el cortejo, arribó al cementerio. Las sirenas de las patrullas, anunciaban ya, la llegada del oficial al lugar donde descansará eternamente.
Cerca de 20 agentes viales, ya habían montado una valla de honor para despedir a su amigo. También estaba lista la banda de guerra de la Policía Municipal de León para entonar la marcha del silencio.
Al llegar al lugar, el féretro en color azul, fue bajado en la entrada del panteón, seis oficiales de tránsito lo cargaron en hombros y lo llevaron hasta su tumba.
Sentido homenaje
Un minuto de silencio y luego otro de aplausos, fue la antesala para realizar el acto protocolario para José Ulises Ramírez Andrade. Tres oficiales, hicieron guardia de honor frente al ataúd.
Luego, le fue entregada la moscova (gorra) a una de las hermanas del oficial, quien rompió en llanto y expresó: “Gracias a la vida y a ti Dios, por el hermano que me mandaste”.
Luego, a su mamá le dieron la bandera de México, que minutos antes fue puesta sobre el féretro. Por último, su esposa recibió la fotografía de José Ulises.
El protocolo continuo con la salva de honor (disparos al aire) y la guardia de honor, conformada por el director y comandantes de Tránsito Municipal, así como de Benjamín Gallo.
Ultimo pase de lista
Durante los minutos que se realizó la guardia de honor, sonaron las torretas de las patrullas, las cuales luego se silenciaron para hacer el pase de lista. Tres veces se escuchó el nombre de “José Ulises Ramírez Andrade”, que fue respondido con un “Presente” por todos los ahí congregados.
Nuevamente se escucharon las torretas de las patrullas y los presentes lloraron otra vez, al que fue más que un oficial de tránsito. Acto seguido, el ataúd fue depositado en su tumba.
Lo despide su madre
Antes de ser bajado, sobre el féretro pusieron una cajetilla de sus cigarros favoritos y un encendedor.
La escena más emotiva, fue cuando la mamá de José Ulises, se acercó a la fosa, cubrió su rostro y cabeza con un rebozo, se hincó y le dedicó una oración a su hijo a manera de despedida, lanzándole una rosa blanca.
Luego, demás familiares se acercaron para aventarle un puño de tierra, flores y cantarle la canción “Yo te extrañare”.