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“No solo era un buen policía, también era un gran ser humano, de esos compañeros que no sólo puedes llamar amigo, sino también hermano fue una persona importante y no lo vamos a olvidar”.
Con estas palabras, fue despedido este viernes, el policía Raymundo Gutiérrez Juárez, acribillado a balazos el miércoles pasado en el municipio de San Francisco del Rincón.
Casi diez años
El oficial, quien tenía una trayectoria de 9 años y medio en la corporación, fue velado el jueves durante el día en San Pancho y por la noche y mañana de ayer viernes en una funeraria del centro de la ciudad de León.
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Era un policía intachable, que siempre veló por la seguridad de los francorrinconenses, aunque era de León, él le tenía mucho cariño a San Pancho. Era responsable, servicial, entregado y comprometido.
Aunque el programa indicaba que la misa de cuerpo presente sería a la 01:30 de la tarde en el cementerio, hubo un ajuste y fue oficiada dos horas antes en la funeraria.
Llega puntual
Su arribó al Panteón Jardines del Tiempo, ubicado en Delta, estaba programado a la 01:30 de la tarde, pero quince minutos antes la carroza de color gris arribó al lugar.
Fue a las 12:00 horas del mediodía, que el cuerpo salió del recinto funeral ubicado en la calle Juárez en el centro de la ciudad, de ahí tomó el bulevar Mariano Escobedo y después el Adolfo López Mateos. Siguió por bulevar Aeropuerto y por último el Delta, hasta llegar al Panteón.
Cuatro oficiales de tránsito municipal, encabezaban el cortejo, ellos iban abriéndole paso al cuerpo del oficial Raymundo. Se acercaba la hora y a lo lejos, desde el panteón, se escuchaban las sirenas que anunciaban la pronta llegada del policía. Lo acompañaban una decena de patrullas de San Francisco del Rincón, tres de ellas con ofrendas florales.
Banda de Guerra de León
A su arribo a lo que sería su última morada. Al oficial, ya lo esperaban los compañeros que integran la Banda de Guerra de la Policía de León, también algunos elementos ya habían montado la guardia de honor, a la que posteriormente se sumaron los uniformados de San Francisco del Rincón.
El ataúd en color gris fue bajado de la carroza, seis de sus compañeros, cargaron en hombros el féretro y lo llevaron hasta su tumba, acompañados del “Toque del Silencio”, entonado por la banda de guerra.
Tras de él, iban su familia, en primera fila su esposa, su hijo, mamá y hermanos. Después familiares y amigos. También iban compañeros que estaban en su día franco y decidieron acompañar a Raymundo hasta el último momento.
Triste despedida
Luego de unas breves palabras por parte del titular de la Dirección de Seguridad Ciudadana, Tránsito y Vialidad para el oficial, su familia y la corporación, el féretro fue abierto para que sus seres queridos se despidieran de él. El llanto y los gritos no se hicieron esperar.
Durante unos minutos solo se pudo escuchar” porque mi Tío”, “No te vayas hermano” y “Dios te bendiga hijo mío”, esta última, dicha por su mamá quien le dedicó una oración y persignó el cajón. Posteriormente, una mujer la retiró del lugar.
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Adiós con honor
El acto protocolario siguió y primero se realizó la “Salva de Honor” (disparos al aire), en cuatro ocasiones, acto seguido fue el pase de lista, en el que todos gritaron “presente” en tres tiempos tras escuchar el nombre del Policía Tercero Raymundo Gutiérrez Juárez.
Luego, vino el encendido de torretas y sirenas por un minuto, para con ello, dar el último adiós al policía. A su familia le fue entregada la moscova y la fotografía. Después de sepultarlo, poco a poco, los compañeros se fueron retirando del cementerio y solo se quedó su familia.
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