Durante los primeros minutos de este sábado, los dos jóvenes acusados de violar y matar a una pequeña de cuatro años de edad, en el municipio de Chichiquila, en Puebla, fueron enviados a prisión y se les vinculó a proceso.
Fuentes cercanas al caso compartieron a El Sol de Puebla que los dos detenidos fueron llevados desde las 10 de la mañana a Casa de Justicia de Ciudad Serdán, para que se definiera su situación jurídica.
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Una vez que el agente del Ministerio Público explicó al juez de control cómo se hizo el arresto de Mauricio y Antonio, consideró que se hizo conforme a la ley por lo que calificó de legal la detención de ambos.
La representación social formuló imputación a los dos hombres asegurados y explicó con qué datos de prueba cuenta la Fiscalía en el caso además de que pidieron que los dos hombres fueran vinculados a proceso.
A pesar de que tenían la posibilidad de pedir 72 ó 144 horas más que se determinara si serían o no vinculados a proceso, los sujetos aceptaron que fuera en esa misma audiencia que se resolviera lo anterior.
Tras la intervención del agente del Ministerio Público y del abogado de los detenidos, ya durante los primeros minutos de este 2 de julio, el togado dictó auto de vinculación a proceso en contra de los dos jóvenes a los que les impuso la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa y otorgó cuatro meses para investigación complementaria, en tanto, fueron enviados a un centro penitenciario.
Mauricio y Antonio, de 19 y 20 años de edad respectivamente, fueron retenidos el pasado lunes por parte de pobladores de Ocotitlán, los cuales querían lincharlos debido a que en casa de uno de ellos, según el relato de los pobladores, se halló una prenda de la pequeña Brenda e incluso estaba manchada de sangre.
La policía intervino, los rescató y detuvo para dejarlos a disposición del agente del Ministerio Público.
En tanto, después de ser velada en casa de su abuela, Brenda, quien fue violada y asesinada con extrema violencia luego de que saliera a la tienda que se ubica frente a su casa, fue llevada a misa y después sepultada en el panteón de la comunidad de Ocotitlán, donde vecinos exigieron justicia y mayor seguridad.
Publicado originalmente en El Sol de Puebla